Los Milagros Modernos: ¿Continúa vigente el don de hacer milagros?

Mujer sanada en culto de sanidad

La Biblia declara el cese de los dones de lenguas, hacer milagros, profecía e interpretación. Los milagros en la Biblia, a diferencia de lo que dicen los pentecostales/carismáticos, fueron algo infrecuente y existieron en tres períodos claros de la Biblia, Moisés, Elías y Eliseo, y por último con Jesús y sus apóstoles. Luego de esto, son raras las ocasiones en donde ocurre el don de hacer milagros.

No negamos la presencia de milagros en la actualidad, sino el don de hacer milagros. Pero, qué es ese don? Bueno, eso es lo que intentaré aclarar en esta entrada.

El análisis del patrón bíblico de ocurrencia de milagros trae consigo preguntas importantes. Si los milagros están conectados en la Biblia a importantes eventos históricos y actividad revelatoria; si la obra perfecta de Cristo trajo la historia de la redención a su final; si la interpretación divina de lo que Jesús hizo y lo que la iglesia debe hacer ha sido completada por los apóstoles y los profetas del nuevo pacto, entonces, ¿qué propósito tendría al don de hacer milagros en la actualidad? Obviamente, si este don estuviera en operación hoy en día, tendrían otro propósito, muy diferente al que vemos a través de las Escrituras.

Comparación

Una comparación de los “milagros” que ocurren en el movimiento carismático y lo ocurrido en la Biblia prueba que los milagros modernos no tienen nada en común con los milagros en las Escrituras. Para el análisis debemos preguntarnos, primero, ¿Cuál es el propósito de los milagros carismáticos?, segundo, ¿Son los milagros carismáticos llevados a cabo de la misma manera que los del Nuevo Testamento?, y tercero, ¿Los hombres dentro del movimiento moderno, están haciendo el mismo tipo de milagros que los apóstoles?

Para cualquier observador es claro que los hacedores de milagros en la actualidad no realizan milagros para autenticar nuevos eventos en la historia de redención del pueblo de Dios ni para autenticar nuevas revelaciones de Dios. Por el contrario, estos milagros modernos han sido incorporados en la iglesia como ministerios de sanación dirigidos a los creyentes. Estos llamados milagros no son realizados para autenticar y ni siquiera para llamar la atención al evangelio de Cristo. Sino que son realizados como espectáculo para gente que se supone cree en Cristo. Estos “milagros” han sido incorporados para hacer el servicio eclesiástico más interesante, para llamar la atención de la gente hacia el “sanador” y ayudar a hacer dinero.

Cuando contrastamos las cruzadas de sanación de nuestros tiempos con lo que ocurrió en el Nuevo Testamento no encontramos nada en común entre el movimiento carismático y lo ocurrido en el primer siglo. Es que los apóstoles llevaron a cabo servicios de sanación para creyentes? La respuesta es no. La mayoría de los milagros realizados por Cristo y los apóstoles ocurrieron en lugares públicos, frente a incrédulos. Algunos milagros fueron realizados en lugares privados pero luego fueron hechos públicos a los incrédulos. Nunca, hicieron cruzadas de sanación. Ellos sanaban gente enfrente de sus enemigos, frente a incrédulos (Lucas 5: 20-26; Hechos 3: 4-10). No hay antecedente bíblico alguno para los servicios carismaticos de sanación que ocurren en la actualidad.

¿Cuál es el patrón bíblico que nos debe regir en la actualidad? Esto lo encontramos en la epístola de Santiago, donde dice: “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.” Santiago 5: 14

Notemos que dice claramente que los ancianos deben ir donde está el enfermo y orar pidiéndole a Dios que sea sanado. ¿Es que Dios continúa sanando en la actualidad? Por supuesto. Sin embargo, Dios lo hace por medio de la oración, y no a través de hombres con el don de hacer milagros, tal como lo tenían los apóstoles quienes estaban dando nuevas revelaciones divinas a la iglesia y necesitaban por lo tanto una autenticación divina. Esto es algo que no puedo terminar de decir: los cesacionistas no niegan que Dios no sane en la actualidad, sino que los dones “autenticadores” han cesado, pues ya cumplieron su propósito.

¿Cuál es la diferencia entre los milagros hechos en el Nuevo Testamento y los modernos? Para Cristo y los apóstoles los milagros eran dados a los incrédulos para autenticar el nuevo mensaje del evangelio. Esos milagros eran realizados en el primer siglo, para llevar a la gente a Cristo, debido a que la revelación de Dios aún no había concluido. Para los “sanadores” modernos los milagros son usados para impresionar a los creyentes. Esto contradice la Biblia, pues los creyentes no deben ser convencidos de la veracidad del evangelio.

Los “sanadores” modernos realizan sus “milagros” en ambientes controlados. Estos servicios de sanación modernos están llenos de personas que están dedicados al ministerio del “sanador.” Este hombre está rodeado de un staff dedicado a él, que escogen a las personas que pueden pasar al frente a recibir su milagro. Constrasten este tipo de servicio con el ambiente en el que Cristo y los apóstoles realizaron sus milagros. Estos últimos hicieron milagros en las afueras, frente a desconocidos, incrédulos, e inclusive frente a sus enemigos. He preguntado esto a algunos comentaristas, y no han respondido: ¿han visto a uno de estos “sanadores” ir a un hospital y sanar enfermos? Esto no es una broma, ni una burla. Es una pregunta seria. ¿Por qué tanta diferencia entre el relato bíblico y lo que ocurre hoy en día? Les diré la razón: porque hoy en día no hay hombres con el don de hacer milagros. El hecho de que no vayan a hospitales, o hagan milagros en las calles es porque ahí, en esos ambientes, no hay dinero. Es decir, en esos lugares no se puede hacer dinero. 

John MacArthur escribe: “Las personas que dicen tener el don de hacer milagros nunca parecen salir de sus tiendas, sus tabernáculos, o sus estudios de TV. Siempre parecen ejercer sus dones en un ambiente controlado, dirigidos a su manera, y de acuerdo a su programa. ¿Por qué no escuchamos más del don de hacer milagros siendo usado en los pasillos de hospital? ¿Por qué no están utilizando el don de milagros en lugares como India y Bangladesh? ¿Por qué no están en las calles con las masas de personas llenas de enfermedades? No está ocurriendo. ¿Por qué? Porque aquellos que dicen tener el don de hacer milagros no lo tienen”.

Otra cosa que diferencia a los carismáticos con los milagros ocurridos en el Nuevo Testamento es que los carismáticos se enfocan en actividades que no se encuentran en la Biblia. Casi todos los “sanadores” modernos operan con base en lo que llaman “la palabra de conocimiento”. Es decir, el sanador se para en el escenario y dice por el micrófono: “Hay alguien en la gradería que sufre de dolor de espalda. Quien quiera que sea, quiero que sepa que Dios lo está sanando en este momento.” Otro estilo utilizado es el de llamar a los enfermos al escenario para que sean sanados. Si utiliza este método, el “milagrero”, como los llamó un comentarista de este blog, pone sus manos sobre el enfermo lo que lleva a la persona a caer para atrás, donde es atrapado por personas que trabajan para el sanador. Algunos hasta usan esa “palabra de conocimiento” para sanar personas a miles de kilómetros de distancia e inclusive, como Benny Hinn, a través del televisor.

¿Cuál es el problema con la “palabra de conocimiento”? La objeción más importante es que no es bíblica. Ni Cristo, ni los apóstoles utilizaron tal método para la sanación. Ni Cristo ni los apóstoles se pararon frente a las multitudes y llamaron a la gente a ser sanada. Por el contrario, ellos iban a determinadas personas que estaban enfermas, o poseídas por demonios y las sanaban con una sola palabra o con tocarlos (Mateo 8: 6-7; Hechos 9: 32-35). Hubo una ocasión en la que Cristo sanó a una mujer que se encontraba a larga distancia, la hija del centurión (mateo 8: 13), sin embargo no tuvo nada que ver con el método de la “palabra de conocimiento” sino con una petición. La diferencia es que Cristo la sanó específicamente a ella, y no como hacen estos milagreros, que hacen descripciones vagas de las personas que han sido “sanadas.”

¿Por qué es el método carismático tan popular si es antibíblico? ¿Por qué es tan utilizado por los sanadores actualmente? La razón es simple. Porque cualquier persona se puede parar frente a miles de personas en un auditorio o estadio y decir: “Alguien en las graderías tiene dolor de espalda”. Probablemente esté en lo correcto. ¿Por qué? Porque la lumbalgia (dolor de espalda), las hemorroides, el cáncer, los problemas intestinales, la migraña, son padecimientos comunes. La “palabra de conocimiento” hace que el público crea que el sanador tiene poderes especiales, cuando en realidad no los tiene. 

Cosas similares han sido hechas por los llamados psíquicos y espiritualistas por años. Estos engañadores son expertos en escoger categorías de padecimientos generales para que alguien en una multitud se ponga de pie, afirmando que se están refiriendo a él. ¿Por qué si Dios, quien es omnisciente, le está dando información al sanador acerca de una enfermedad en una persona? ¿Por qué le da información tan vaga e inespecífica? 

Cuando en el Antiguo Testamento Dios le daba información a un profeta, lo hacía con perfectos detalles, tanto que hasta los enemigos de Israel sabían que era un mensaje de Dios. ¿Por qué será que Dios no les da a estos hombres el nombre del enfermo, o detalles mas específicos? Lo que ocurre es que estos sanadores son charlatanes. Uno de estos ejemplo fue el popular tele evangelista Peter Popoff, quien fue probado un fraude por un caza fraudes.

Además no hay ningún registro bíblico de personas que caen al piso inconscientes. Lo único que vemos en la Biblia son hombres que caen postrados ante Dios, pero tienen total control de sus cuerpos (2 Crónicas 29: 29-30; Nehemías 8: 6). Esto es un invento del siglo veinte. ¿Qué propósito tiene? ¿Edifica esto a la iglesia? ¿Aumenta la santificación personal? ¿Cumple esto lo que Pablo dice acerca de hacerlo todo en orden? (1 Corintios 14: 40). La respuesta es no. Lo único que esto hace es aumentar el espectáculo. Estas personas han caído bajo el poder de la sugestión.

Otra diferencia entre los milagros hechos por Cristo y los apóstoles y los carismáticos y pentecostales modernos es que los primeros sanaban instantáneamente (Mateo 8: 13; Marcos 5: 29; Hechos 9: 32-35). Los apóstoles sanaban totalmente, no parcialmente. Hemos visto como estos sanadores les dicen a las personas “curadas” que no duden, mientras estas aún cojean en el escenario. Cuando Pedro y Juan sanaron al cojo en el templo, este hombre saltó y caminó normalmente (Hechos 3: 7-11). Cristo y los apóstoles sanaron enfermedades orgánicas serias, inválidos, personas con defectos de nacimiento (Lucas 6:6; Juan 9: 7; Hechos 3: 6-8; 5: 16; 8:7). Ellos echaron fuera demonios y resucitaron personas (Hechos 9: 36-42; 20: 9-12; Lucas 7: 11-16).

Lo que ocurre hoy en día es que estos sanadores dicen curar enfermedades como dolores de espalda, dolores de cabeza, hemorroides, pero no hay pruebas de verdaderos milagros como los que hicieron Cristo y sus apóstoles. ¿Cuál es la respuesta de los carismáticos/pentecostales cuando son confrontados? Un ejemplo lo tenemos en uno de los comentarios en este blog: “Los reformados son racionales”. Otra respuesta típica es que no reconocemos los milagros porque no creemos. Benny Hinn inclusive maldijo a todos aquellos, que no creyeran en su ministerio. Pero cuando examinamos los milagros del Nuevo Testamento vemos que ni los paganos, ni los creyentes, ni los enemigos de la iglesia podían negar la realidad de estos hechos.

Cristo y los apóstoles hicieron milagros que no han sido reproducidos en la actualidad, ni hay registro alguno en los escritos de los padres de la iglesia de que hayan ocurrido. Cristo sanó la mano enferma en su totalidad (Lucas 6:10), y lo hizo frente a sus enemigos. Además sanó la oreja cortada de uno de sus enemigos (Lucas 22: 51-52). Pedro sanó a un hombre inválido desde su nacimiento (Hechos 3: 10). El sanedrín cuando supo el hecho se preguntaba que iban a hacer con los apóstoles. Si los carismáticos hicieran lo que Cristo y los apóstoles hicieron, estarían en todos los canales de televisión verificando lo ocurrido. ¿Por qué no sanan a alguien en público, a una persona con una enfermedad conocida? Porque no pueden.

Cristo y los apóstoles resucitaron hombres y mujeres, pero los carismáticos no pueden hacerlo, y la respuesta de nuevo es, porque no tienen el don de hacer milagros. Los cesacionistas debemos mantener que Dios continúa haciendo milagros en medio de su iglesia, pero debemos rechazar que el don de hacer milagros continúe aún en la iglesia. Esto debido a varias razones:

1. Estos “milagros” modernos están separados del propósito bíblico que era autenticar a un mensajero divino que trae nuevas revelaciones de Dios.
2. La mayoría de los carismáticos son arminianistas (semi-pelagianistas), es decir mantienen una doctrina de la salvación sinergística, contrario a lo que mantiene la Biblia-monergismo.
3. Los “milagros” modernos son realizados en ambientes controlados, sin poder ser probados, y llevados a cabo por métodos antibíblicos. Los milagros son hechos objetivos y con la capacidad de ser probados.

Como escribió Paulo, un continuacionista pentecostal que comenta en este blog, comentando que muchas personas están aburridas de las iglesias comunes y buscan algo diferente, más llamativo, y por eso muchos se van a las iglesias pentecostales. Ese es un claro ejemplo del error pentecostal. Buscan algo meas que la Biblia. Buscan “milagros,” “lenguas,” “profetas,” etc, para poder aceptar el evangelio.

Cuando B.B. Warfield hizo su análisis de los milagros bíblicos, se dio cuenta que lo que era practicado por los católicos era un fraude, ya que estaban mezclados con gran idolatría, herejías y superstición, por ejemplo, ser rociados con la leche de María, o tacando un pedazo de la cruz, etc. Warfield escribió a favor del cesacionismo precisamente porque la historia favorece esta doctrina.

Lo mismo ocurrió con los reformadores, quienes con su sólida teología bíblica descartaron tales cosas y volvieron a la gente hacia la infalible y suficiente palabra de Dios. Lastimosamente, y como dije en otra entrada, el movimiento carismático está volviendo a la gente al misticismo, la superstición que caracteriza a la iglesia Católica Romana. 

¿Por qué Dios no le dio estos dones a grandes hombres como Lutero, Calvino, Knox, quienes fueron utilizados por Dios para el avivamiento del cristianismo bíblico? ¿Por qué Dios ignoró a los grandes reformadores? Esta es la pregunta que deben contestar los pentecostales y carismáticos.

by Eduardo de Sujetos a la Roca.

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